viernes, 6 de abril de 2007

De regreso

Vuelvo al devaneo de mis pensamientos. Repliegues de mi silencio entre las volutas del humo de un cigarro. Redobles de mis propias miradas que me dejan pasear por el mundo y el universo. Vuelvo sobre mis pasos a la soledad. No encuentro otro camino que mi ventana a este mundo. Aquí estoy mirándome de frente a mi misma, de cara a mi realidad. Y analizo todo lo que siento buscando los porqués de todas las incoherencias de mis sentimientos. Aquí estoy, sintiendo que no quiero que nadie sepa más de lo que sé yo de mí, y a la vez sintiendo que esta ventana es clara como un cuaderno de cuadros de colegial: encabezado 4 cuadritos, entre líneas 2 cuadritos, margen exterior 2 cuadritos, margen inferior 4 cuadritos… por favor, nada de bolígrafo rojo. No tienen orden ni concierto mis palabras, así como sin orden ni concierto van mis ideas. Cuán peligroso es el cerebro. No tiene razón de ser este continuo y constante pellizco en el estómago, ni esta obsesión por que los días pasen sin ser vividos. Siento que esta es la crónica de un derrumbamiento anunciado, y que quisiera esfumar todos los “…ECHO DE MENOS…” que se me pasan por el pensamiento.

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