miércoles, 28 de noviembre de 2007

SEGUNDO PASO (Y ACEPTANDO)

A veces el coco juega malas pasadas.

Recuerdo sólo una parte de un todo y esa visión trastorna la realidad. Mi realidad.

Ahora sé que no tengo que dejarme llevar por el pasado, sobretodo cuando éste aparece incompleto.

Recordar es bueno para no caer en los que creí fueron mis errores, pero sin dejar de recordar todo lo bueno así como todo lo malo.

Cuando digo que me quedo con lo positivo de algo debe ser, no por olvidar lo negativo, sino porque libero el sentimiento de dolor que encierra lo negativo. Me deshago de la negatividad.

No es que me olvido y punto, no se trata de tropezar con la misma piedra. Se trata de dar una oportunidad al presente para tomar un camino un poco más acorde con mi felicidad. Se trata de elegir siendo conocedora y consciente de las elecciones con las que lo pasé mal.

Y aquí, servidora, no es masoquista.

En ese aspecto, en el de liberar el dolor, entra en juego el perdón y el auto-perdón. Entra la aceptación y el deseo de quererme un poco más empezando por darme la oportunidad de encontrarme en la situación de meter la pata o no, de decidir por mí misma si vuelvo o no a esa situación que me reportará buenos y malos momentos, y en definitiva recuerdos.

Lo que no te mata te hace mas fuerte (o engorda) y de todo, absolutamente todo se aprende algo.

El primer paso es aceptarlo, el segundo tratar de liberar ese odio, ese rencor.

En el segundo paso estoy.

En mi camino sigo.

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